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España es un país con una gran tradición cultural, artística, literaria etc. De España salieron grandes genios, pensadores, médicos eminentes etc. Y además tiene otra gran virtud, otro gran poder que es el idioma español, es un lenguaje, un idioma universal que hablan más de 500 millones de personas en todo el planeta y cada vez va más en aumento.
Hace años que aprender idiomas se ha convertido en un indispensable y, cada vez es más habitual encontrar a personas que hablan varios idiomas. Siendo el inglés el idioma más demandado y el que más hablamos los españoles (después del español), en segunda posición, el coreano se ensalza como uno de los idiomas de moda, y cada vez son más las personas que buscan cursos para aprender coreano.
Completar los estudios con cursos de inmersión lingüística en el extranjero es un requisito cada vez más esencial en el currículo de los pequeños estudiantes. Conscientes de esta necesidad, La Feria De Los Colegios ha contado siempre con un espacio reservado a los estudios en el extranjero y este año, en su VIII edición de Madrid, ha elegido los cinco países más demandados por los estudiantes y sus familias para formar parte de sus jornadas.
Desde aquellos gritos de “a por ellos” en los cuarteles de la policía nacional y la guardia civil, con los que centenares de ciudadanos españoles despedían a las fuerzas de orden público como si se tratara de nuevos héroes en peligrosa misión de salvamento de una patria amenazada por unos individuos empeñados en hablar una lengua diferente al castellano, se ha extendido por la mayor parte de España una cierta malsana sensación hacia todo lo procedente de Catalunya.
Como sigo siendo gran amigo de los refranes, y además poseo para consultar los tres tomos de esa gran obra titulada “Refranes y Paremias Grecolatinas”, cuyo autor es mi amigo el cordobés Rafael Martínez Segura, hoy quiero emplear uno que viene “al pelo” para ocuparme de Cataluña, esa región del nordeste de España que se encuentra al borde del abismo porque ellos, por acción u omisión, se lo han buscado. Se trata del refrán que dice así: “Quien mal anda, en mal acaba”.
Hoy no puedo ser condescendiente con lo que pasa en Cataluña. Siempre que he escrito sobre esta región española he procurado hacerlo con la mayor ecuanimidad, a la vez que, con verdad y dureza, como suele ser mi costumbre. Hoy tengo que ser beligerante con unas gentes que no merecen el título de personas, porque son verdaderos animales.
No hay peor ciego que quien no quiere ver. Este dicho de nuestra lengua se puede aplicar con toda propiedad a los catalanes, la mayoría de ellos independentistas que rehúsan emplear la lengua oficial del Estado, que, según nuestra Constitución, es el Español. El sañudo y desmesurado ataque que en esa región está sufriendo nuestra lengua se manifiesta a todos los niveles, no solo en eldela enseñanza,sino en el resto de las actividades de los ciudadanos.
Esta serie histórica está siendo grabada en los terrenos originales en los que se desarrollan los hechos con los que se intenta destruir una historia y un país. Como siempre, el “director” y el “productor” han pensado que lo más importante es la utilización de la lengua correcta, la que mejor sepa expresar la finalidad del proyecto.
En España, señores, hemos entrado de lleno en la época de los despropósitos gubernamentales, a precio de saldo. Parece ser que todo lo que se está organizando en esta nefasta etapa de entreguismo del país a quienes tienen el propósito de llevarlo al desguace, tiene un componente encaminado a trastocar los valores tradicionales de los que hemos gozado durante años.
No voy a escribir sobre los fenómenos atmosféricos, aunque para ello habría suficiente materia a la vista del panorama que tenemos delante de nuestras narices. Pero, una vez más, quiero referirme al acoso constante y permanente que padece el español, nuestro bello idioma, y no solo de nacionalistas de “poco pelo”, sino de adolescentes presumidos, de políticos estúpidos y periodistas aparentemente serios.
Ya no sabemos a donde vamos a llegar, o que actitud debemos tomar, ante los constantes atentados a la lengua de Cervantes. Los españoles somos “o Juan… o Juanillo”. Nos estamos dejando invadir por la “modernidad” y nos parece que el castellano es un idioma de segunda división.
Los próximos 24 y 25 de septiembre, se celebrará el ‘IV Congreso Online para Profesionales de la Educación Bilingüe’ que será transmitido desde Las Palmas de Gran Canaria. Más de 1,4 millones de alumnos españoles están inmersos en algún programa de educación bilingüe en nuestro país. El bilingüismo no consiste únicamente en aprender nuevos idiomas, sino exponer a los alumnos a nuevas realidades y estímulos.
Un libro, un poema, una canción deben ser escritos cuando se tiene algo que decir, cuando se tiene algo que contar o comunicar; si se hiciera de otra forma estaríamos desgastando el lenguaje, vulgarizándolo, llevándolo a un estado primitivo de sonidos inentendibles, banales, que no deben perdurar en una impresión.
A medida que los desarrollos técnicos avanzan, nos encontramos cada vez más conectados con todos los países del mundo, lo cual genera un gran enriquecimiento personal y profesional para los habitantes del mundo en el siglo XXI. Lo que sucede en un país puede saberse a los pocos segundos en todos los extremos del planeta, al igual que el turismo sigue siendo una de las actividades económicas más importantes para muchos países.
Porque a la hora de abordar el aprendizaje de una lengua diferente, hemos de realizar un ejercicio de inmersión. No se trata solo de aprender una serie de normas gramaticales y ortográficas, sino de comenzar a pensar en esa lengua y en hacernos partícipes de ella en el día a día.
El DRAE le da a la palabra vehicular, como verbo, el “servir de vehículo a algo”, o “transmitir, difundir o comunicar”, también a todo aquello que se refiere a los vehículos o medios de transporte. Para mí no deja de ser una cursilería o pedantería la expresión de “el Español lengua vehicular”. El Español es la herramienta lingüística que sirve para que nos comuniquemos casi 600 millones de seres humanos.
-Ayer fui al supermercado y ya no quedaba papel higiénico ni bienes de primera necesidad -Pues yo al salir del trabajo vi una procesión de semana santa en noviembre que terminó con Jesús apaleando a inmigrantes con una bandera de España-Pues yo a un ejército de guardias civiles obligando a los niños catalanes a cambiar de idioma todas las placas de la avenida diagonal-Pues yo al rey mandando azotar a un siervo que le puso los cubiertos al revés-Pues yo a un terraplanista insultando a un tal Saturnino-Pues yo..
El verano ya está aquí y en esta época del año siempre hay, al menos, unos días de vacaciones y más tiempo libre. La tecnología permite hacer prácticamente cualquier cosa con el móvil, ¿por qué no aprovechar esta oportunidad en los ratos libres?
Hablar perfectamente inglés te puede abrir muchas puertas. Vivimos en una sociedad totalmente globalizada donde tanto las personas como las empresas viajan y se mueven por todo el mundo. De tu formación en inglés depende que seas un ciudadano interconectado y preparado para cualquier reto.
En la actualidad vivimos en un mundo interconectado, en el que gracias a la tecnología podemos comunicarnos y trabajar con personas que se encuentran en otras partes del mundo y que hablan otro idioma. Todo esto ha ocasionado que cada vez sean más las compañías y los puestos de trabajo que solicitan a sus empleados saberhablar inglés de forma fluida para que puedan comunicarse con personas de otros lugares del mundo.
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