| ||||||||||||||||||||||
En nuestro último artículo titulado “Discerniendo la crucial diferencia existencial entre angustia y frustración” nos enfocamos en la diferencia conceptual de “angustia” de “frustración”, indicando a grandes rasgos que la angustia se refiere más bien a un sentimiento preponderantemente de ansiedad que surge cuando nos enfrentamos a la incertidumbre propia del sentido (o de la falta de sentido) ante la certeza de la finitud y la reflexión (si es que se da).
Considero fundamental en esta época de abundantes falsedades, pararse a discernir para poder caminar hacia adelante. De entrada, una ruptura de los esquemas mundanos nos vendrá bien para ganar salud y atesorar concordia. Ya está bien de prometer todo y luego no dar nada.
En los tiempos actuales, no se debate sobre la existencia del libre albedrío. Más bien hay una parte de la sociedad que defiende la libertad de cada cual, y el derecho a equivocarse, frente a otra parte que, en aras de lo que se denomina bien común, niega que sus conciudadanos tengan derecho a ese libre arbitrio.
¿Qué es la falacia de McNamara? Esta falacia se puede representar a través de cuatro fases: la primera fase supone medir lo que sea fácilmente medible; la segunda implica descartar lo que no se puede medir con facilidad; la tercera comporta descartar como relevante aquello que no se puede medir; y la cuarta conlleva proclamar que aquello no medible fácilmente no existe.
Empezamos este 2023 celebrando que hace sesenta años uno de los nuestros, Raimon, un joven de Xàtiva, sacaba su primer disco al mercado. Un disco de aquellos con cuatro canciones, un EP lo llamaban. Cuando a Raimon le propusieron grabarlo sólo tenía tres temas, tuvo que parir una cuarta canción, “Som”, para cubrir el cupo exigido por la discográfica. Todo esto ocurría en 1963.
Concedemos y estamos de acuerdo en que el pecado capital más importante de los españoles es la envidia, basta con que algún que otro compatriota descuelle o sobresalga en cualquier disciplina: arte, negocios, u otra que lo haga distinguirse del resto de los mortales para que se vea acosado por maledicencias, lo denigren o lo acorralen las insidias que no cejarán hasta verlo derrotado.
Todos hemos escuchado alguna vez una frase tornada en cliché que versa “la esperanza es lo último que se pierde”. Generalmente, aceptamos cordialmente el mensaje e incluso le damos nuestra aprobación, pero ¿sabemos por qué es lo último que realmente nos queda?
“Ya hay un español que quiere/vivir y a vivir empieza,/ entre una España que muere/ y otra que bosteza…”, estos versos del poeta Antonio Machado a quien el corazón se le helaba entre las dos Españas, encierran mucha melancolía y preocupación ante el desgarro de una nación que se agitaba entre la agonía de su muerte y la fatigade sus luchas y disputas.
Ya en su tiempo, el novelista francés Víctor Hugo (1802-1885) decía que “el sufrir merece respeto y que el someterse es despreciable”; pues son formas que nos esclavizan, pero que están ahí en casi todos los países del mundo, como resultado de una discriminación arraigada, que también se ha globalizado, incapaz de desenmascarar a los traficantes y a los creadores de un injusto mercado.
Tener la posibilidad de volver a ser libre, no quiero perderla. Quiero ser feliz con cielo y tierra, tener la posibilidad de olvidar todo lo malo, de empezar de cero, que falta me hace.
Olor a manzana del manzano que vive a orillas del río, del mar, del azúcar blanco, del mejor manjar, aclarar la voz, gritar que soy libre, que llegué a la gloria con una manzana en la mano, verde amarilla o roja, deliciosas, hechas en puré…
Contra el personalismo idólatra, contra el progresismo populista, contra la autocracia parlamentaria, contra la ideología selectiva, contra conquistadores autistas, contra gobernanza selectiva, contra escaladores partidistas, contra Presidentes con mentalidad de ídolos...
Pronto descubrimos ese canto engañoso de la libertad al que tantas vueltas le damos posteriormente. Con pequeñas muestras de su existencia, nos mantenemos ilusionados sin parar mientes en el fundamento de las limitaciones, ni tan siquiera en la existencia real de dichos impedimentos.
La historia personal será consecuencia de una elección libre y de una acertada convivencia social. Siempre se ha dicho: “hay que tener sentido de…”, “la historia colocará a cada cual en su sitio…”, “el ególatra, arrancará el árbol con tal que sus frutos no vayan a los demás”.
Pongo en mis letras tantos embelesos, que me aíslo del mundo circundante; tal vez resulte fatuo y delirante que me guste escribir con trazos gruesos.
Una gran verdad constatable en la evolución de las sociedades que transcurren bajo la lógica capitalista como de aquellas que lo hacen bajo la de la economía planificada.
La teoría de la ventana de Overton, a través de la cual se pasa de algo repulsivo, como puede ser la antropofagia, a hacerla aceptable por el pueblo, a través de sucesivos pasos modulados por campañas publicitarias, naturalmente pagadas por capitalistas interesados en ello.
Trece pigargos europeos procedentes de Noruega vivirán varios meses en un recinto especial cerca del pueblo de Pimiango, en el concejo de Ribadedeva (Asturias). Cuando a finales de verano, tras este periodo de aclimatación, se abra la puerta de esta instalación, los pigargos podrán volar libres y se unirán a otros seis ejemplares de su especie que ya surcan los cielos ibéricos gracias al Proyecto Pigargo, tras una primera liberación que tuvo lugar el año pasado.
La identidad es algo que permanece a lo largo del tiempo, aunque nuestra mente cambie y la forma de ser se vaya transformando paulatinamente, con el transcurso del tiempo. La fuerza y potencia de la imaginación ha sido ensalzada por Einstein y por numerosos filósofos, entre ellos Emilio Lledó.
La realidad política choca frontalmente con el sentido común ético, personal y profesional, de los políticos de Partido. La igualdad amorfa de todo un conjunto de Diputados, Senadores, Concejales, nos hace retroceder a los tiempos de la ignorancia sin libertad, “o conmigo o contra mí”.
|