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Teórida de Lemnos fue una figura inquietante en la Atenas del siglo IV a.C., rodeada de un aura de misterio y peligro. Llegó a la ciudad desde la isla de Lemnos, territorio ateniense desde hacía décadas, una isla griega del mar Egeo, entre el monte Athos y los Dardanelos (Helesponto), situada al suroeste de la isla turca de Imbros. Teórida se dedicó a las artes de la curación y, según las acusaciones, a la hechicería.
En todo el mundo, son más de 60 millones las mujeres y niñas desplazadas por la fuerza o apátridas que se enfrentan a un alto riesgo de sufrir violencias de género, según se advierte en un informe de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Pitias de Aso, también llamada Pitias La Vieja, fue una bióloga y embrióloga griega en la época clásica, reconocida como esposa de Aristóteles y una de las primeras colaboradoras científicas en el campo de la biología y la embriología. El interés de Pitias por la biología se refleja en su colaboración con Aristóteles en la recolección de especímenes vivos durante sus viajes, especialmente en Mitilene.
Hagnódice, pionera de la medicina en la Antigua Grecia, es recordada como la primera ginecóloga conocida en la historia. Fue médico, partera y genecóloga, la primera conocida en la Historia. Atrapada en una sociedad ateniense que prohibía la práctica médica a las mujeres, encontró una salida audaz: disfrazarse de hombre.
Ptolemaida de Cirene fue una figura destacada en la filosofía y teoría musical de la antigüedad, una erudita cuya obra 'Principios pitagóricos de la música' aportó un enfoque racional y riguroso al estudio de la armonía y el sonido. Es una de las muchas mujeres de ciencia asociadas con el Pitagorismo, secta conformada por astrólogos, músicos, matemáticos y filósofos.
Melissa de Samos, filósofa y matemática de la antigua Grecia, fue miembro de la escuela pitagórica en una época en la que el pensamiento femenino era, en el mejor de los casos, una rareza y, en el peor, un sacrilegio. La figura de Melissa sigue siendo un enigma.
Leontion (300 a. C.) también conocida como Leontio, Leontia, Leoncia, Leoncio o Leontario, formó parte de la escuela epicúrea y compañera del célebre Metrodoro. Fue discípula de Epicuro y una de las pocas mujeres en participar activamente en las discusiones filosóficas de su época, una rareza en la Atenas misógina de entonces.
Elefantis. Activa durante el siglo I a.C., fue una mujer de ciencia que se expresó en verso y ha pasado a la historia como poetisa de la Antigua Grecia, conocida por su contribución con un tratado sobre sexualidad. En esta época es difícil distinguir entre sabias, brujas, médicos o alquimistas, todos rayando entre la medicina y otros saberes como la psicología.
Matilde Padrón es un nombre y apellidos que significan perseverancia y tenacidad. Fue una de esas mujeres que, sin aspavientos y casi en silencio, abrió las puertas de la ciencia a las mujeres en un tiempo en que esa palabra, "ciencia", era un bastión cerrado para las mujeres. Rompió moldes sin hacer ruido, con la sola fuerza de su inteligencia y su empeño.
Manuela Solís Clarás fue una de esas figuras pioneras de las que la historia apenas guarda memoria, pero que marcaron el camino para muchas mujeres. Manuela no solo se atrevió a cruzar esas fronteras, sino que lo hizo con la cabeza bien alta, sabiendo que cada paso que daba no era solo por ella, sino por todas las mujeres que vendrían después.
María Elena Maseras Ribera (1853-1905) fue una figura histórica fundamental en la medicina y la educación en España. Es recordada por ser la primera mujer en ingresar en una universidad española, abriendo el camino para las mujeres en la educación superior en un momento en que las aulas universitarias eran exclusivas para los hombres. Su historia es de lucha, persistencia y superación frente a las normas sociales de su tiempo.
Henrietta Swan Leavitt nace en Lancaster el 4 de julio de 1868 y moría en Cambridge un 12 de diciembre de 1921. Fue una astrónoma que cambió la forma de observar el universo por su descubrimiento sobre la luminosidad de las estrellas. Se había graduado a los 24 años en lo que hoy se conoce como el Radcliffe College, una universidad para mujeres asociada a Harvard.
Irène Joliot-Curie nació el 12 de septiembre de 1897 en París, en el seno de una familia que se movía entre el reconocimiento y la presión, ya que era hija de la célebre Marie Curie, doble galardonada con el Nobel, y de Pierre Curie, otro laureado en la misma disciplina. Irène creció en un entorno donde la inteligencia y la genialidad parecían ser requisitos de nacimiento.
Ada Augusta Byron King, hija del célebre poeta Lord Byron, es reconocida como la primera programadora en la historia de la informática. Vino al mundo un 10 de diciembre de 1815, en Londres y apenas contaba un par de meses cuando sus padres, Annabella Milbanke y el célebre poeta Lord Byron, rompieron toda relación. Annabella logró quedarse con la custodia de Ada, un logro inusual en una Inglaterra que otorgaba primacía legal al padre.
Maria Salomea Sklodowska, aquella mujer tenaz y de voluntad férrea que el mundo conocería como Marie Curie, nació en una Polonia pisoteada por el dominio ruso, una Varsovia que respiraba represión y, pese a ello, mantenía viva su identidad nacional a través de quienes, como ella, se negaban a abandonar sus raíces.
Trataremos seguidamente sobre una médico que, aunque se haya pensado así, no ha sido pionera en este tema. Ya en la Edad Media tenemos referencias a los tratados de ayuda al bien morir y, en el Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla, de las madres ayudantes al bien morir, también llamadas “madres agonizantes”, por su acompañamiento en el trance de la agonía y muerte.
En un mundo saturado de imágenes, pocas logran penetrar hasta lo más profundo de nuestra conciencia como la exposición fotográfica Verdades Silenciadas, de Claudia Otal, que está expuesta en el Matadero de Zaragoza y ha contado con el apoyo, entre otras asociaciones, de la «Asociación de Mujeres Progresistas: Las Aguadoras».
En una pequeña isla de Nueva Inglaterra, donde los vientos y el mar se encuentran en pactos eternos, nació Maria Mitchell. Era un primero de agosto del año de 1818 en Nantucket, una isla a unos 50 km al sur de Cape Cod, en Massachusetts, Estados Unidos, cuna de balleneros y lugar de sal y espera, fue también el hogar de esta mujer que en plena noche decidió mirar hacia arriba, no hacia el océano como todos, sino al vasto cielo.
En el siglo XVI, cuando aún resonaban rumores de que la tierra era plana, en Dinamarca dos miembros de una misma familia decidieron desafiar la comodidad de la nobleza y entregar sus días y sus noches al estudio de los astros. Eran los hermanos Brahe: Tycho, el astrónomo famoso y de afilada mirada; y su hermana Sophia, quien, sin más maestro que sus propios ojos y su insaciable curiosidad, lo acompañó con la tenacidad de los que saben mirar al cielo.
La ingeniera Olive Wetzel Dennis, nacida en 1885 en Thurlow, Pennsylvania, se graduó con una Licenciatura en Artes en Goucher College en 1908 y al año siguiente completó una maestría en matemáticas en la Universidad de Columbia. Tras trabajar como profesora en Wisconsin, decidió dar un giro a su carrera y se matriculó en la Universidad de Cornell para estudiar ingeniería civil, donde se graduó en apenas un año, logrando su título en 1920.
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