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Al parecer no corren buenos vientos por el partido de Abascal y ya son incontables plumas las que han señalado las posibles causas que han influido hasta llegar a ésta molesta situación. La cruda realidad es la que es y sería deseable que se solucionara todo de la mejor manera. Una vez dicho lo que antecede a mi me gustaría opinar también, pero desde un punto de vista más práctico y sin meterme en camisas de once varas (léase política).
Las elecciones del 28-M nos devolvieron la imagen de una España negra que ya creíamos devuelta para siempre al cajón del olvido de la historia. La geografía española, de la noche a la mañana, apareció teñida con los colores azul y verde representativos de la derecha extrema y la extrema derecha, PP y Vox, que, al fin y al cabo, hemos visto que son la misma cosa.
Según Wikipedia, la ventana Overton o ventana del discurso, “es una teoría política que representa un ideario aceptable por el público como una ventana estrecha, afirmando que la viabilidad política de una idea se define principalmente por este hecho antes que por las preferencias individuales de los políticos".
Para España y para el PP, los resultados 23J son mejores que la mayoría absoluta o la del tándem PP-Vox que auguraban las encuestas. Con mayoría absoluta, Feijóo debía administrar lo que se encontrara, sin más. Con Vox al lado y las ayudas que aparecieran, debía hacer algo parecido, peor y más difícil. Con los 137 diputados que tiene solo debe hacer lo que conviene.
La postura del Partido Popular frente a la del partido Vox, está guiada, según la opinión de mucha gente, en el “miedo” por el predicamento violento de la izquierda. Las ideas, en política, deben ser firmes y objetivas. La práctica política, debería ser igual pero por desgracia hay Partidos de índole nacional que, con tal de gobernar, no son firmes ni objetivos en la defensa de la normativa para una convivencia en comunidad: la Constitución.
El resultado del 23J es muy diferente a lo que todos los medios, encuestas y analistas vaticinaban. Una alta participación ha desbaratado lo que se anunciaba, cerrando el paso a un gobierno del PP con Vox. Pero las urnas no han mostrado un apoyo cerrado a los cuatro años de gobierno de coalición, en los que ha seguido avanzando el atraco financiero y monopolista.
Pasadas las elecciones, podemos preguntarnos ¿y ahora qué?. Al respecto caben dos ideas iniciales: la derecha y extrema derecha y la izquierda y extrema izquierda han quedado prácticamente igualadas y, ¿guardan las derechas y las izquierdas aquellos planteamientos que hace cuarenta años las diferenciaban?
Los comicios del 28-M llevaron hasta el País Valencià tenebrosos vientos preñados de odio y ansias de venganza. Recién vaciadas las urnas y con la fuerza que les daban los votos, la derecha extrema y la extrema derecha comenzaron a ocupar los puestos de poder a los que desde hace ocho años estaban aspirando.
El resultado electoral abre un periodo complicado para lograr la formación de Gobierno. Lo que es evidente es que el Partido Popular no consiguió los resultados que esperaba y podemos vernos abocados al bloqueo y la ingobernabilidad. De todas formas, lo que está claro es que la repetición electoral puede ser algo inútil, ya que es muy probable que los resultados electorales sean prácticamente iguales o muy similares y el bloqueo político e institucional seguiría.
El domingo 23 de julio se han realizado los comicios generales de España, en los cuales la derecha ha fracasado en su meta de lograr una mayoría absoluta. Pese a que las encuestas que esta había encargado pronosticaron que este sector para remover a los socialistas, esto no ha ocurrido. La suma de los diputados electos del conservador Partido Popular y de los franquistas de Vox no le permite a la oposición desplazar al presidente Pedro Sánchez.
Mi análisis de las consecuencias de lo de ayer: El PP necesita los votos de Txapote para gobernar Ha utilizado erróneamente la persona del singular. El PSOE necesita pactar con ABBA, para tender puentes hacia Waterloo.
¡No le permito a usted que...! o ¡No te permito que...! Lenguaje típico de cualquier organización o partido político uniforme, sin libertad individual. El otro día, en el “debate”, por la llamarlo de alguna manera, entre Pedro (según la compañera y señora Yolanda Díaz ) y el señor Santiago Abascal, esas palabras no fueron utilizadas nunca por el que se obsesionan por llamar ultra, extrema, enemigo de todo lo que llamemos libertad... Vox.
A pocos días para la celebración de las elecciones generales del 23-J, los programas de los principales partidos políticos que concurren a los comicios ya han sido publicados y el equipo de expertos fiscales de TaxDown, ha analizado las claves que los candidatos de los cuatro partidos con representación en todo el territorio nacional han ido desgranando durante las últimas semanas y en estos últimos días.
Voy a romper una lanza a favor de algo que está muy, pero que muy mal visto por todos los partidos políticos (menos uno), por casi todos los medios de comunicación, por todos menos ningún organismo internacional actualmente dominados por lobbies LGTBIQPA+, por todos los fanáticos, los cegatos, los iluso-progres, y por muchos más pastoreados por todos los anteriores.
La incapacidad manifiesta de Pedro Sánchez para lograr la sincronía con su socio Podemos, así como para hacer frente a la estrategia diseñada por la fundación FAES basada en el renacimiento de ETA y en la sombra de pucherazo electoral, habría permitido a PP y Vox una victoria arrolladora en las recientes elecciones municipales y autonómicas.
Para entender las claves de la crisis de la democracia formal española, habría que recurrir al filósofo y ensayista José Ortega y Gasset quien en su ensayo "La España invertebrada", publicado en 1921, realiza un exhaustivo análisis de la crisis social y política de su época. Así, estaríamos asistiendo a un nuevo escenario de "invertebración histórica" cuya casuística podríamos ordenar en tres estratos diferentes siguiendo el esquema orteganiano.
Pedro Sánchez habría aceptado el reto de ser el último muro de contención ante el tsunami derechista del PP y Vox que se avecina en España y que en el supuesto de lograr la mayoría absoluta el 23J, procederán a implementar una democracia no liberal siguiendo la estela del húngaro Viktor Orbán, por lo que estarían ya doblando las campanas por la democracia formal y la España plurinacional.
La entrevista del señor Abascal (Vox) en Telecinco ha abierto la caja de los truenos; parece ser que, hoy, para algunos, justamente los que predican el derecho total a la libertad individual y de grupo, las opiniones de determinadas personas tienen suficiente motivo como para ser enviadas a la Inquisición del fuego eterno. ¡Qué hipocresía!
Los partidos que integran la coalición de Gobierno estaban afanados en la gestión pensando que los resultados de su trabajo iba a ser reconocido en las elecciones municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo. No fue así. Una gran mayoría de sus votantes se quedaron en casa e incluso un buen número se pasó al bando de la derecha. Son esos electores que tanto les da un gobierno que otro, una ideología que otra.
El pasado miércoles me desplacé a Náquera para manifestarme junto a más de 600 personas por los derechos LGBT que peligran al ser el único pueblo de toda la comunidad Valenciana gobernado por la ultraderecha. "Náquera orgullosa" era el lema de la manifestación que familias con niños y niñas llevaban en carteles junto a otros mensajes.
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