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El miércoles 16 de enero de 1935, un grupo de hombres de reavivado verde olivo, divisó por primera vez un río al que sólo habían oído mencionar en inflamadas consignas, y en una popular canción que devino en profecía. Nunca lo habían visto ni poseído, pero lo sentían.
La cosa de la guerra es asunto que desde el primer momento deben controlar y decidir los ciudadanos. Por evidentes, ni falta hace enumerar las razones. Los políticos no pueden especular sobre ella gratuitamente; menos tomar decisiones sin previa y amplia consulta a esos ciudadanos, y sin previo y amplio debate en cada uno de los parlamentos nacionales.
Los líderes mundiales no han adoptado posturas firmes para proteger los derechos humanos durante 2023, un año en el que se han vivido algunas de las peores crisis y desafíos con consecuencias mortales, según afirma Human Rights Watch (HRW) al presentar esta semana su Informe Mundial 2024.
Aldeas Infantiles SOS acogerá en su Aldea de Rafah, en Gaza, a 55 niños y niñas que han perdido el cuidado parental debido al conflicto en curso. El grupo, que ha comenzado a llegar esta semana, se une así a los 70 niños, niñas y adolescentes que ya vivían en la Aldea.
Albert Einstein le pregunta a Sigmund Freud acerca de la posibilidad de evitar a la humanidad los estragos de la guerra y, acaso, de prevenir el tema bélico futuro mediante la ajustada intervención de la Liga de las Naciones, creada en 1919 por el Tratado de Versalles -antecedente de la Organización de las Naciones Unidas-. Transcurre 1932 en Potsdam y en Viena, y el científico invita al psicoanalista a debatir sobre el temario de la guerra.
Tras la invasión de Gaza por Israel, podríamos asistir a la desestabilización del Líbano e Irán por métodos expeditivos lo que representará el inicio de un gran conflicto regional que marcará el devenir de la zona en los próximos años y que podría provocar un escenario de estanflación secular en la economía mundial.
El documental "20 días en Mariúpol" es finalista en los Premios Óscar, Premio del Público en Sundance y la 4ª mejor película del año, según The Guardian. Mariúpol, la ciudad portuaria del sureste de Ucrania, estuvo bajo asedio durante las primeras etapas de la invasión rusa. Horas antes de que estallara la guerra, el periodista –ganador del Pulitzer– y cineasta ucraniano Mstyslav Chernov, viajó a Mariúpol con otros periodistas para documentar las atrocidades del asedio.
Aprovechando los presuntos agujeros de seguridad en la defensa israelí provocados por el cisma entre los reservistas y Netanyahu, el brazo armado del grupo islamista Hamás lanzó la más cruenta ofensiva desde el 2007 con la infiltración de decenas de sus miembros en localidades israelíes y el lanzamiento de miles de proyectiles contra amplias zonas, incluyendo Tel Aviv y Jerusalén, y con el saldo de 1.400 víctimas israelíes y la toma de cerca de 240 rehenes.
El 4 de enero de 1916 nació en Costa Negra, Misiones, el labrador paraguayo Prisciliáno Velázquez. A los ocho años, vio desfilar a los ejércitos que en 1922 desangraron al Paraguay, en una terrible guerra civil entre enemigos de cuentas bancarias separadas, aunque filiación compartida.
En esta mágica temporada navideña, en donde el mundo está inmerso en dos guerras, laten los corazones al compás de la esperanza y la tristeza. La alegría de la Navidad reside en la sonrisa de los niños al abrir sus regalos, en los villancicos, en la llegada del Papá Noel de barba blanca cargando un saco lleno de regalos; y en la calidez que ilumina los hogares y los corazones.
El sábado 24 de Diciembre de 1932, mientras seguían las operaciones en Saavedra y los aprestos para resistir en Nanawa cuando el día de Nochebuena sorprendió a la guerra. Cuando indicaba que los batallones y regimientos pasarían navidad en medio del estridor de las armas y bajo fuego enemigo, llegó de ultramar un pedido inapelable para aquel tiempo.
El año que termina ha sido especialmente letal para los profesionales de la información que trabajan en las zonas de conflicto, con al menos 65 periodistas asesinados mientras ejercían su labor, según ha confirmado la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
En la navidad de 1932, un pedido de tregua del Papa Pio XI hizo que se silenciaran las armas en el Chaco. Allí se enfrentaban Paraguay y Bolivia en una guerra que harían famosa Dreiser, Huey Long, Augusto Céspedes y Augusto Roa Bastos entre muchos otros.
Con los niños no, por favor, por locos que estemos o seamos los adultos, los locos adultos que matan, los que mueren, los que mueren sentenciando y matando, los que se acobardan, los que sufren, los que cuentan historias a través de los medios de comunicación y no les importa que haya otros niños menos indefensos y personas sensibles alrededor de una mesa comiendo o simplemente reunidos en familia.
La paz no es simplemente la ausencia de guerra. Interpretarlo así es un error en el que caen muchos pacifistas. Dado que la guerra es un instrumento de la política, oponerse a la guerra es tener que oponerse a una determinada política. No hay paces en el vacío, ni un piloto automático que las dirija. Al decir política nos referimos a la real, no a frases altisonantes que ocultan la verdad.
El manifiesto ‘Hay que parar la guerra. Ni Terrorismo, Ni Genocidio’ se publica por tercera vez con más de 10 mil firmas de 30 países. Entre los firmantes se encuentran una parte importante de profesionales destacados de la cultura de nuestro país.
En el contexto de la guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia, el 12 y 13 de diciembre de 1932 los bolivianos lanzaron un furioso ataque sobre el fortín Platanillos, en manos paraguayas desde el 6 de noviembre, fecha en la cual tres regimientos paraguayos expulsaron del sitio a los bolivianos. Luego de tomar la posición, la mayor parte de las tropas paraguayas se retiraron dejando un pequeño contingente, insuficiente para defender el lugar.
Hace poco, algunos medios recogían unas palabras de Netanyahu, primer ministro de Israel. La mayoría destacaba la siguiente frase: "La Biblia dice que 'hay un tiempo para la paz y un tiempo para la guerra'. Este es un momento de guerra". Otros daban un paso más y completaban la intervención: "Debéis recordar lo que Amalek os ha hecho, dice nuestra Santa Biblia. Nosotros lo recordamos y estamos luchando".
La verdad —y los periodistas— son las primeras víctimas de la guerra en Gaza. Mientras el bombardeo israelí contra la Franja de Gaza, que ya lleva casi siete semanas, se ha cobrado la vida de más de 14.000 palestinos, entre ellos más de 5.000 niños y niñas, los valientes periodistas palestinos que trabajan en Gaza en circunstancias sumamente difíciles y peligrosas están muriendo uno tras otro.
Israel debe parar inmediatamente el genocidio en Gaza, Hamás debe liberar incondicionalmente a los rehenes israelíes. Igual que denunciamos a Netanyahu como genocida y exigimos que pare la guerra, también exigimos a Hamás la liberación incondicional de los rehenes.
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