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Cuando un gobierno actúa solo para su bien económico y personal en vez de buscar el progreso y bienestar de la sociedad del país, éste irremediablemente va a la ruina y a la debacle, se destruye la democracia, en caso que la hubiera, y se instaura la dictadura.
Se la bufa. Al cuarto tenor se la sopla, se la trae floja, le importa un comino-bledo-pimiento-rábano y demás hortalizas, le resbala, se la pela, se la trae al pairo, se la suda, la vale lo mismo que un carajo, se la repampinfla, le es indiferente, hace oídos sordos, como si le hablan en sueco, con él no va el tema.
El curso político dio su pistoletazo de salida el pasado lunes cuando Yolanda Díaz, lideresa de Sumar y Vicepresidenta del Gobierno viajó hasta Bruselas para entrevistarse con Puigdemont, enfrentándose a las protestas de la derecha extrema y la extrema derecha. PP, VOX y seguro que también algunos políticos del PSOE siguen considerando a Puigdemont un prófugo, un delincuente que debía estar encerrado en el más andrajoso de los penales españoles.
Para España y para el PP, los resultados 23J son mejores que la mayoría absoluta o la del tándem PP-Vox que auguraban las encuestas. Con mayoría absoluta, Feijóo debía administrar lo que se encontrara, sin más. Con Vox al lado y las ayudas que aparecieran, debía hacer algo parecido, peor y más difícil. Con los 137 diputados que tiene solo debe hacer lo que conviene.
Fue consagrado como el ídolo de los oficiales que habían ganado la guerra contra Bolivia, y eso le valió ser convocado para presidir provisionalmente la República del Paraguay en 1936. No se menciona con frecuencia, pero no fue parte de un golpe militar, dado que había sido expulsado del país y se encontraba en Argentina cuando lo convocaron para asumir la presidencia.
Las imágenes de sus encuentros con Quim Torra, inhabilitado por desobediencia y en tiempo de descuento al frente de la Generalitat, no se corresponden con la dignidad del cargo que ostenta, por mucho que los encuentros y/o la Mesa de negociación por Cataluña se revistan con palabras como diálogo y reencuentro.
Es posible que el señor Pedro Sánchez sea un hombre hábil en cuanto a conseguir crear situaciones en las que, una parte de la ciudadanía, pudiera pensar que es capaz de solucionar los graves problemas que en estos momentos acechan a nuestra nación.
Recientemente en un artículo, yo decía que Pedro Sánchez no dice más desatinos ni comete más yerros porque no le da tiempo. Confieso que me equivoqué. A Pedro Sánchez le sobra tiempo para estar continuamente saltándose la barrera de la sensatez y del buen juicio. ¿Tendrá averiadas algunas neuronas?
España sigue sin gobierno y los políticos de vacaciones pagadas, ¡no faltaría más! ¿Llegarán a algún acuerdo, volveremos a las elecciones, qué pasará?
Una batalla de despropósitos, con el PP y Ciudadanos como espectadores de primera fila viendo como los partidos de izquierdas se reprochaban, los unos a los otros, el fracaso de una investidura que solamente ellos mismos tenían la posibilidad de conseguir que fracasara, en una votación en la que tenían la mayoría.
Lunes y martes asistimos a un triste espectáculo, el 28-A la mayoría de votantes depositaron en las urnas sus votos con la esperanza de que los mismos que hace un año llevaron al escaño azul de la Presidencia del Gobierno del Reino de España a Pedro Sánchez.
Según el Diccionario del español jurídico la investidura es el acto por el que una autoridad o funcionario público recibe la titularidad de un órgano y puede ejercer en lo sucesivo las facultades y atribuciones que el ordenamiento jurídico asigna al órgano mismo.
“El Mundo” ofrece un buen planteamiento de la derrota en: “Elecciones en Grecia: Los hombres de negro siempre ganan.
La opinión del conserje sonó limpia, con la sencillez de quien rumia lo que piensa en la soledad de su chiscón: Lo del Congreso no pinta bien. Es importante, y puede que grave, no porque lo perciba y exprese quien está habituado a ver lo que pasa ante él y a controlar lo que llega de la calle. También lo es por la situación en que aparece, por lo que la produce; y, sobre todo, por las consecuencias.
El reglamento de las Cortes Valencianas fue aprobado en diciembre del año 2006 y en varias ocasiones ha sido modificado en determinados artículos para su adaptación a la actualidad del momento. El título VII del Reglamento de las Cortes abarca el protocolo a seguir en el acto de investidura, concretamente desde el artículo 138 hasta el 141.
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