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Cuando alguien decide recorrer el camino de la deshonestidad para alcanzar sus metas, está sembrando las semillas de la desconfianza y la inestabilidad en sus relaciones personales y en la sociedad en general. A medida que se descubren sus maniobras, sus mentiras y manipulaciones, se van desvaneciendo la credibilidad y el respeto que se hubiesen podido obtener momentáneamente.
Es mito ¿o acaso realidad? la fábula del Rey Midas que reinó en Frigia desde el 740 al 696 a.C. era hijo del rey Gordias y juntos fundaron la ciudad de Gordio y ataron el famoso nudo gordiano, cuya leyenda decía que, quien lo desatase se apoderaría de Asia, hasta que llegó Alejandro Magno y pronunciando la famosa frase “Tanto monta monta tanto, romper como desatar”, de un poderoso tajo lo partió por la mitad.
La ignorancia, en el poder, conduce a la justificación de cualquier decisión; simplemente denominando la nueva realidad (post mentira) como rectificación lógica en el área de la gestión. Clarito como el agua mineral embotellada: prometer, jurar, comprometerse, para Pedro Sánchez son meros conceptos políticos, sometidos a los avatares de las circunstancias de la gobernanza de un país.
A estas alturas de la película creo que nadie ignora por qué Pedro Sánchez tiene menos crédito que Irene Montero, Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, juntos. Y es que su exceso de ambición y escasa inteligencia lo delata en cada declaración que hace. Él es consciente, además, de que puede ir a pocos lugares porque lo abuchean merecidamente.
El batacazo que ha sufrido Pedro Sánchez con las elecciones municipales y de alguna de las autonomías, ha hecho que la ultraizquierda haya salido de las principales instituciones autonómicas y municipales, y ha habido periodistas que lo han calificado como una hecatombe.
Ni Feijóo, ni nadie puede dañar, ni perjudicar con una pregunta a Pedro Sánchez, porque este ser, aparte de que no responderá directamente a lo que se le inquiera, no suele hacerlo. Nos tiene más que demostrado a los españoles que no es un hombre de palabra, que no cumple lo que dice y que no nos podemos fiar de él.
Hay veces en las que siento la obligación de escribir para advertir a las personas sanas de espíritu y confiadas en exceso, acerca del peligro que supone dilapidar el voto (uno de los derechos más importantes que existen en democracia) inclinándose por un determinado candidato político que basa toda su ciencia política en la mentira, el embrollo y el incumplimiento de los deberes principales de un gobernante.
Centenares de víctimas del volcán de la Palma siguen sin casa. Han pasado 18 meses y el mentiroso presidente no deja de jugar con la salida al mercado de viviendas que están ‘okupadas’ o no existen o siguen a medio construir o simplemente están los terrenos «en casa Dios» o «donde Cristo perdió la boina» antes de predicar. Para él la mentira es el pan nuestro de cada día.
“Ahora que estamos en campaña electoral (si es que alguna vez hemos dejado de estarlo) deberíamos recordar a los guionistas que arman el argumento a los candidatos que tienen una enorme responsabilidad con lo que dicen. Un planteamiento erróneo u ofensivo pensado para el corto recorrido de la campaña política puede tener consecuencias indeseables".
El humor de los hermanos Marx ha hecho reír a varias generaciones. Fueron unos cáusticos actores que, con su absurdo talante, y sus astracanadas causaron la hilaridad de quienes vieron sus películas, tanto en el cine mudo, cuanto en el hablado. Una leyenda urbana atribuye a Groucho la siguiente frase: "Éstos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros".
Ha tenido que salir a escena la pandilla de indocumentados políticos que tenemos para darnos cuenta de que no saben lo que es gobernar y mucho menos trabajar para el bienestar de la ciudadanía. Cultivan la soberbia, la chulería, el analfabetismo, la falta de respeto y el desprecio a la mano que les da de comer.
Lo que ocurre en el PSOE nacional y en la sucursal andaluza que lidera“Juan el Perdedor”, no tiene una explicación razonable. Es como tornar la noche en día o hacer lo negro blanco, pensando que los andaluces nos “tragamos” lo que digan los Chaves, Griñán, Díaz y “sucesores reinantes”.
Alguien dijo que las cárceles no sólo sirven para reeducar sino, también, en casos como Cataluña, para reinventar la Justicia, la Democracia y la Constitución. Algunos, muchos, dirían que, en España, el sistema de la mentira progresista se ha instaurado, condenando al sometimiento político a todos aquellos que en libertad acuden a las urnas.
Estoy realmente sorprendido, Sánchez acaba de decir otra verdad (la 3ª en su reinado). Tanto como yo han quedado sorprendidos los de la internacional socialista que, pasmados, escuchaban el discurso presidenciero: ”España avanza”.
Hay que leer los clásicos para comprender la realidad actual. Los caminos, de todo tipo, han llevado la cultura humana desde oriente a occidente. Las modernas oleadas reformistas que olvidan que toda migaja de libertad comienza respetando la individualidad de la convivencia.
La egolatría es su medida, la mentira, su artilugio y La Moncloa su refugio para medrar en la vida.
Adoro a Marilyn Monroe, ya lo sabéis, y en cuanto vi que en Netflix ponían la película Blonde, no pude evitar verla. Bueno, mejor no la hubiera visto, me pareció algo surrealista, sin sentido, con escenas inventadas totalmente y otras escenas llenas de vulgaridad y degradación.
¿Para qué escribo? Cada vez que oigo los embustes de los telediarios y su sospechosa unanimidad, pienso que nos mienten. Recibo muchos WhatsApp, algunos me hacen reír y otros me apenan. Por mi parte no tengo habilidad para estas bromas.
Estamos acostumbrados a que el socialcomunismo ponga el foco en horteradas que distraigan de los muchos y graves problemas de España; unos problemas que son culpa exclusiva de la nefasta gestión del Ejecutivo. Recuerden algunas de las bufonadas del mentiroso, Pedro Sánchez: la estupidez de eliminar la corbata; la cuestión inútil de los escaparates; la memez de la espada de Bolívar; la mentira de las ayudas al campo y a los afectados por incendios, por citar algunos.
Pienso que esta pregunta nos la hacemos muchos españoles de bien que no pertenecemos a ningún partido político, pero que nos duele España. Considero que, por ahora, no hay quien enmiende lo que está ocurriendo. El Gobierno ha caído en manos de una jarca de arribistas, sin conciencia ni escrúpulos que, lejos de preocuparse por el bienestar de ciudadanía, solo busca su medro y bien personal importándole un ardite lo que no ataña a sus intereses particulares.
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