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Con frecuencia me asalta la duda de si los seres humanos hemos perdido la facultad de observación que nos llevaría a establecer con claridad las diferencias entre los comportamientos de las personas a título individual o colectivo para saber a qué atenernos en cualquier momento o circunstancia.
En un juego de poder donde las promesas son solo espejos rotos, la hipocresía política se convierte en el pan de cada día. Tanto partidos de izquierda como de derecha se han convertido en maestros del discurso, pero a la hora de la verdad, sus acciones desdicen sus palabras.
Consejos doy y para mí no tengo. Algo así debió decir el diputado ahora dimitido tras los acontecimientos de abuso y violencia sexual a una mujer que lo ha denunciado en la Policía y a otras, que de momento solo lo hacen en las redes sociales. El comunista “Milhouse” se ha pasado años sin reconocer la presunción de inocencia a Ayuso, a su hermano y a cuantos han pasado por delante de él, de ahí que no espere que la sociedad se lo reconozca, aunque la ley le ampare.
Es un hecho indiscutible que hoy al mismo tiempo que se confunden los viejos principios ideológicos que la sociedad identificaba con el conservadurismo, el liberalismo o el socialismo/comunismo, los intelectuales también se han diluido o confundido en este tsunami de nuevas corrientes costumbristas o de pensamiento. La justicia, la dignidad y la verdad, 'leit motiv' de sus discursos, ensayos y oratorias, han sido aparcadas en aras del relativismo moral imperante.
Antes de abordar el conocimiento del objeto, permítanme que me retrotraiga a uno de los ejemplos más extravagantes que recuerdo de la política local catalana. En el año 2007, Ariel Santamaría, también conocido por el “Elvis de Reus”, encabezó la lista de su propio partido: ‘la Coordinadora Reusenca Independent’ en las elecciones municipales de Reus. Obtuvo 1831 votos, un escaño y su firme promesa de plantar marihuana en los parques, construir un “follódromo público”.
Educación y libertad, dos derechos básicos de toda sociedad moderna. Da miedo pensar que un gobierno elegido, en principio, para una legislatura se atreva a remover los cimientos de nuestra libertad. Desechar la enseñanza del español en Cataluña, es derrotar a España desde el interior del Gobierno. ¿Qué juró el Presidente? ¿Qué juraron los ministros? ¿Qué juraron los altos cargos del Estado?
Es verdad que con las redes sociales digitales las narrativas de antes han perdido eficacia, me refiero a la elegancia y a la eficacia de la densidad del concepto nación. A menudo se cae en la trampa de las agendas que proponen una modernidad en decadencia, sobre todo, en un mundo global donde la desterritorialización y el anonimato de las grandes compañías multinacionales dejan atrás el buen capitalismo industrial de antaño.
Antes de comenzar hay que hacer una aclaración: la terminología utilizada puede parecer imprecisa, incluso errónea. ¿Por qué? Simplemente porque las cosas son así, imprecisas: no tenemos la culpa de que los nombres de los partidos no se correspondan con sus actuaciones ni los nombres de las actuaciones con sus contenidos. Y no estamos hablando de estrategias, que pueden ser objetivos remotos, sino de tácticas a corto y medio plazo.
Es de vital importancia que en nuestro país se lleven a cabo propuestas de resolución encaminadas a mejorar la transparencia y la confianza de los ciudadanos en los cargos públicos. Deben ser propuestas e iniciativas creíbles para acabar con el desencanto instalado en la sociedad respecto a la clase política.
Dos películas “El capitán” y “El salto”, describen de una forma certera y muy realista el sufrimiento y la tragedia que hoy rodea a quienes, huyendo del hambre y la miseria de sus países de origen deciden abandonar su tierra africana y sus familias, por encontrar en “El Dorado europeo” el fin de su desventurada vida.
El secreto sobre todo tipo de actuaciones tributarias, iniciadas por la AEAT a personas individuales o entidades societarias, es obligado por Ley. Si los expedientes salen a la luz estamos ante actuaciones punitivas de origen en funcionarios irresponsables o en ejecutivos con intereses políticos; cualquiera de las formas son punitivas.
Algunas teorías de la conspiración se muestran cercanas a la estupidez plena, mientras otras se quedan a medio camino y, las que menos, las que animan a pensar, a quien dispone de capacidad para ello, plantean dudas de lo que se impone como verdad oficial.
Uno de los problemas a los que de manera sistemática hacen referencia las encuestas ciudadanas, es el de la corrupción y el descrédito de las instituciones y sus representantes políticos. Según los últimos estudios, España se encuentra al mismo nivel en esta cuestión de países como Botswana o Cabo Verde, y eso es preocupante.
Cada 11 de septiembre el mundo recuerda 3 grandes tragedias. En 1714, los borbones anularon la autonomía catalana. En 1973, Pinochet derrocó en Chile al gobierno "socialista" constitucional muriendo en dicho acto el presidente Salvador Allende. En 2001, cerca de 3.000 personas murieron cuando los aeropiratas de Bin Laden estrellaron aviones contra las Torres Gemelas de NY. Ahora, esta fecha coincide con la de la muerte del último dictador peruano, Alberto Fujimori.
En una entrevista publicada en Le Progrès de Lyon en 1951, el Premio Nobel de Literatura Albert Camus dijo: «La libertad consiste, en primer lugar, en no mentir. Allí donde prolifere la mentira, la tiranía se anuncia o se perpetúa». Me viene a la cabeza el recuerdo de esa frase al leer unas declaraciones de Donald Trump en las que vuelve a mentir sin disimulo.
Es la segunda vez que suena la campanilla por vía electoral, para que sirva de llamada de atención también a los más altos mandatarios, es decir, a los situados por encima de la UE. En este caso, utilizando un símil conocido, resulta no ser la autoridad tradicional la que llama al orden en la sala, sino esos otros a los que la elites tradicionales califican, en privado, de populacho y de ciudadanos, en público, entiéndase, los votantes, a los que no se les reconoce su autoridad.
Según dicen los investigadores el chamán nace en la prehistoria y se asienta en las sociedades de cazadores-recolectores, como depositario de la sabiduría. Suelen ser elegidos por familias y sometidos a un riguroso entrenamiento. Se “comunican” con los espíritus a fin de corregir los errores de la comunidad a la que pertenecen.
Cuando llegan las vacaciones de verano y se acaban los cursos políticos, es momento de hacer balance, y según el criterio de cada uno de los mortales, se puede llegar a la conclusión de que han sido cursos para olvidar, cursos que han dejado mucho que desear.
Hasta hace poco tiempo, trabajar en la política era una actividad demasiado exigente, porque requería ciertas cualidades y preparación que no estaban al alcance de cualquier persona. Todo porque la política era política. Sin embargo, con esto del progreso mercantil, los derechos formales, las libertades en el cercado, la globalización, las nuevas tecnologías y el cachondeillo generalizado, se ha ido relajando.
Reflexionamos sobre una forma particular de percibir el "poder", puesto que éste ha sido un concepto central en la historia de la humanidad en general, pero de la filosofía política en particular, desde la antigüedad. Echaremos mano a pensadores, a los fines prácticos de intentar comprender la naturaleza del poder político en un contexto actual que a la vista de todos destila una decadencia inusitada, específicamente en el caso de las elecciones de los EEUU.
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