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Algunos de los que ya hace tiempo que peinamos canas estas semanas recordamos aquellas manifestaciones de finales de los años 70 al grito de «llibertat, amnistía i estatut de autonomía». Estábamos saliendo de los siniestros años del franquismo y nos conformábamos con poco. Queríamos una amnistía que liberara de las cárceles a todos aquellos que se habían jugado la libertad y la vida por las libertades comunes.
El PP conserva la mayoría absoluta y Feijóo sale reforzado. El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, sale victorioso de su primera cita electoral tras el 23J. Estas elecciones en Galicia, comunidad que gobernó durante trece años, eran una prueba crucial para medir su liderazgo. A pesar del descenso en escaños, el PP ha conseguido su principal objetivo: mantener la mayoría absoluta.
Bolaños, ministro de la Presidencia, ante las declaraciones del presidente del Tribunal Supremo por las acusaciones emitidas en el Congreso de los Diputados contra diversos magistrados por la diputada de Junts, Miriam Nogueras, manifiesta: "Les voy a defender de los ataques y descalificaciones de los partidos independentistas, pero también de la larguísima mano que tiene el Partido Popular que intenta siempre influir en el Poder Judicial".
Vivimos tiempos convulsos para la política española. Pasan las semanas y el PP y sus corifeos de la Brunete Mediática, la cúpula judicial de la Brigada Aranzadi y los fieles de la “adoración nocturna” junto con los seguidores del rosario en familia para salvar a España de una muerte y una ruptura anunciada, están mareando la perdiz con la cantinela de “España se rompe” con la intención de alcanzar la presidencia del Gobierno.
La nueva investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno habría encendido todas las alarmas en los despachos del 'establishment' españolista, formado por las élites financiera-empresarial, política, judicial, militar, jerarquía católica, universitaria y 'mass media' del Estado español, por lo que habrían preparado una trama para impedir la entrada en vigor de la llamada Ley de Amnistía que beneficiaría a cerca de 500 procesados por los sucesos del 1-O.
Aquella noche del 23-J, en el balcón de la calle Génova, la plana mayor del PP celebraba lo que ellos creían era su victoria sobre las “fuerzas del mal” de Pedro Sánchez y sus aliados, el “rojerío” y los representantes del independentismo catalán y vasco, mientras, las masas de adoradores de la desaparecida y antigua gaviota carroñera de la iconografía del PP vitoreaban a Ayuso, la dama de la “fruta”, en lugar de aplaudir a Feijóo.
Se acusa al PP habitualmente de ser una fábrica de independentistas y, siendo discutible, me parece un argumento cabal. Por otra parte, si observamos la cadena de producción de la factoría de Ferraz, encontramos cada día nuevos y más antipolíticos que nunca. La opinión general sobre la política y los políticos está por los suelos. No hay más que darse una vuelta por bares, calles, tertulias, portales o el salón de cualquier casa.
¿De verdad que Feijóo no va a parar hasta que haya nuevas elecciones? Nos produce inquietud ver las concentraciones de protesta contra el Partido Socialista y los ataques contra sus sedes. Nos produce temor ver al primer partido de la oposición, el más votado, sí, pero que no ganó las elecciones, enarbolando banderas de nuevas votaciones. ¿Hasta cuándo?, ¿hasta que le favorezcan?
Dicen que el español piensa bien, pero tarde. Estas líneas no tratan sobre este asunto, pero algo tienen que ver. Al sentido de justicia le ocurre como al derecho, hay que aplicarlo con carácter general. Puede haber una sentencia justa en un sistema judicial injusto.
Lo fácil es atacar al contrario, ridiculizarlo y desvestirlo de dignidad, lo difícil es construir algo útil con los que piensan diferente. La ciudadanía echa de menos una corriente de opinión fundamentada y contrastada por la que puedan transitar la convivencia, la tolerancia y el buen talante.
Durante las dos últimas legislaturas la ignorancia en materia lingüística de una parte de las autoridades e instituciones valencianas parecía haber desaparecido, pero, pasados ocho años en los que en esta materia parecía reinar la paz, han resurgido los batallones de filólogos aficionados, amparados por los nuevos inquilinos de la Generalitat y algunos ayuntamientos valencianos para constituirse en vigilantes de la ortodoxia secesionista idiomática.
Hispanidad es el conjunto y comunidad de los pueblos hispánicos. El nombre Hispanidad se debe al obispo de Ereso, el vasco Zacarías de Vizcarra, que acuñó el término en 1926, en su artículo ‘La Hispanidad y su verbo’, publicado en Buenos Aires. Quería cambiar el nombre ‘día de la raza’, con el que se conmemoraba la llegada de Colón a América el día 12 de octubre, “Y no halle otro mejor que Hispanidad”, escribía el mitrado.
El pasado viernes al filo de la hora del almuerzo Alberto Núñez Feijóo recogió una buena cosecha de calabazas en el hemiciclo de la madrileña Carrera de San Jerónimo. El Jefe del Estado hizo el favor de nominarle candidato a la investidura, tanto Felipe VI como el mismo Feijóo sabían que el candidato no podía contar, salvo error o “tamayazo”, con el número de votos suficientes para obtener la confianza del Congreso y ser nombrado Presidente de Gobierno.
Doctor, llevo una temporada en la que no me encuentro a mí mismo. Creo verme en tierra extraña; no entiendo el lenguaje; mis sueños son más fuertes que el sueño en sí; me levanto buscando a mis amigos, no les veo; voy en busca de mis nietos, no les entiendo o me entienden...
Si en vez de la nefasta campaña previa a las elecciones del PP y Vox, lo hubiesen hecho dejando atrás orgullos, mediocridades y estupideces, la situación ahora sería diferente. Una vez llevado a cabo las elecciones, la presidencia del Congreso le hubiese correspondido a Vox en vez de la señora que la preside y Feijóo, en vez de llorar sobre la leche derramada, vería su presidencia con claridad porque la votación se podría haber hecho en secreto en vez de a mano alzada.
El vicesecretario y responsable de economía del Partido Popular, Juan Bravo Laguna, acaba de publicar un video (aquí) en el que demuestra que no tiene ni idea de economía. No se pueden decir más barbaridades en menos tiempo. Dice Juan Bravo: «Debemos aplicar esa sabiduría popular, eso que todos hacemos en nuestras casas, a las cuentas públicas… no gastar lo que no se tiene».
Para Feijóo la noche del 23-J fue una noche triste, él y los suyos se habían prometido una victoria feliz frente al PSOE, estaban seguros que, después de los resultados de las municipales del 28-M, en las elecciones generales iban a arrasar, pero sus amistades peligrosas con el fascismo les iban a pasar factura.
Después de las elecciones municipales y autonómicas del 28-M el fascismo entró, como el caballo de Atila, en las instituciones del País Valencià de la mano del Partido Popular que les tomó como socios de gobierno sin hacer ascos a la ideología fascista, porque para las mesnadas de la gaviota carroñera lo importante es acceder al poder sin importar el precio a pagar por ello.
La pasada semana el rey Felipe VI nombró como aspirante a Presidente del Gobierno a Alberto Nuñez Feijóo, candidato del PP, partido ganador de las elecciones generales del 23-J, a pesar que, hasta este momento, el candidato real no tiene en su zurrón el número de votos suficientes para alcanzar los 176 votos afirmativos que le darían la mayoría absoluta con la que poder alcanzar la Presidencia del nuevo Gobierno de España.
Los resultados electorales del pasado mayo devolvieron las tierras valencianas a unos tiempos que los últimos ocho años de políticas más o menos progresistas habían enviado al cajón del olvido. Pero en las elecciones municipales y autonòmicas del último domingo de mayo el voto de una mayoría de valencianos, olvidando el expolio al que dirigentes como Zaplana, Camps, Cotino o Rita Barberá.
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