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Ha llegado un momento en que tenemos que andar por la vida como el simpático alcalde-cabrero de la serie “El pueblo”. Este hombre va cargado con un diccionario a todas partes, con el fin de entender los “palabros” que escucha a su alrededor.
Desde siempre me ha gustado mucho conocer el significado de las palabras. Cuando escucho un término que desconozco o que me crea dudas, recurro a la RAE a través de su diccionario en Internet, al que tenemos un acceso rápido y sencillo. (Parece ser que las nuevas generaciones han perdido esta sana costumbre. Acabo de ver publicada una normativa para los aspirantes a profesores de lengua, en la que se les suspende si cometen ¡¡diez faltas de ortografía!!).
No somos entusiastas de la RAE, pero sí de nuestro idioma, el español. Nuestro desapego hacia la institución es por muchas de sus, para nosotros, incomprensibles decisiones. Aunque hay que resaltar su importante labor contra la moda anglicista.
Así es, tal como suena. Y nos sentimos muy felices de que así sea. Trataré en este breve comentario de aclararlo lo mejor posible. Y para ello permítanme unas braves consideraciones sobre el habla del pueblo gitano. El rromanó es la lengua gitana universal que, con ligeras variantes, hace posible que todos los gitanos del mundo nos entendamos y podamos fácilmente comunicarnos entre nosotros.
Nadie, por muchos conocimientos que posea y por muchas cualidades con las que la haya dotado la Madre Naturaleza debería de empecinarse en mantener una postura o un criterio en contra de lo que dicta el buen sentido, a veces, las costumbre, y siempre el sentir o uso general de diversos instrumentos.
La organización ambiental SEO/BirdLife celebra que la Real Academia Española (RAE) haya incluido los vocablos 'pajarero o 'pajarera' y 'pajarear' en su última actualización del Diccionario de la Lengua Española. 'Salir a pajarear' y ser una 'pajarera' o 'pajarero' se refiere a la afición a observar aves en su ambiente natural, pero la RAE solo aceptaba como definiciones de pajarear “cazar pájaros” y “andar vagando, sin trabajar o sin ocuparse de cosa útil”.
Desconocemos el momento de la evolución en el que el homínido comenzó a modular los sonidos, posiblemente gruñidos que emitía desde su garganta, elaborando incipientes palabras con las que trasmitía sus pensamientos, llegando a forjar el habla. Quizá antes de que existiera la palabra el hombre se entendiese con sus semejantes por medio de las pictografías o iconografías que conllevaban una simbología sobre lo que se deseaba transmitir.
Es triste comprobar como en el ámbito del protocolo también se está librando una batalla contra el uso correcto de nuestra lengua. Un reflejo de esto lo podemos encontrar en la recién publicada Ley del Presidente o Presidenta del Gobierno de Aragón. El masculino genérico no es causa ni reflejo de discriminación hacia la mujer. La consideración de lo opuesto responde a causas políticas e ideológicas, y los profesionales del protocolo no deberíamos entrar en este juego.
Es el de los que discrepan, del orden establecido, que se creen ingeniosos y de largo recorrido. Yo, sin embargo, los veo con “luces cortas”, perdidos, queriendo enmendarlo todo y provocando conflictos.
No soporto a las personas que en determinadas conversaciones utilizan la blasfemia de forma repetida. Estos luego se dicen cultos y con valores, y son titulados en universidades. Se dicen algunos “hijos de la Iglesia” y en su forma de hablar, la blasfemia y las palabras mal sonantes, son usadas de forma habitual.
La Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España -UDP- ha solicitado a la Real Academía de la Lengua que se estudie la posibilidad de incluir el término “edadismo” en la próxima actualización del Diccionario de la lengua española, con el objetivo de concienciar y dar visibilidad a la discriminación por edad que sufren muchas personas. la ONU ha calificado esta discriminación como “una sigilosa pero devastadora desgracia para la sociedad”.
Mientras el concepto ULTRA no sea clarificado por los medios que la Legislación Española determine, seguiremos teniendo conflictos, cada vez que un ciudadano individual, una entidad o un partido político expresen ideas que no gusten a cualquier otra persona, entidad o partido político.
El DRAE le da a la palabra vehicular, como verbo, el “servir de vehículo a algo”, o “transmitir, difundir o comunicar”, también a todo aquello que se refiere a los vehículos o medios de transporte. Para mí no deja de ser una cursilería o pedantería la expresión de “el Español lengua vehicular”. El Español es la herramienta lingüística que sirve para que nos comuniquemos casi 600 millones de seres humanos.
Anoche escuchaba un programa de radio a fin de alcanzar el sueño que te ronda sin llegar a cuajar en las madrugadas de estío. Su planteamiento me hizo pensar. ¿Tienes muchos o pocos amigos? ¿Desde cuando? ¿Son siempre los mismos? ¿Lo son de la misma calidad a lo largo del tiempo?
De hecho mi ordenador la subraya en rojo, indicándome que debo poner “ocupa”. La RAE se ha modernizado y ha caído en la moda de ponerle a las palabras que llevan c una “k”, que las hace más “modelnas”.
No hay que confundir estatuafobia, o estufobia con iconoclastia. Las dos primeras palabras las hemos escuchado o leído en algún medio de comunicación pronunciadas sin rubor alguno por determinados periodistas.
Escribo desde Andalucía donde hemos entrado en la tercera fase de la desescalada. La palabra desescalada no la he encontrado en el diccionario. Si escalamos algo luego descendemos pero no desescalaremos. Imagino que la RAE incluirá el verbo desescalar cuando lo tenga por conveniente.
Escribo desde Andalucía donde hemos entrado en la tercera fase de la desescalada. La palabra desescalada no la he encontrado en el diccionario. Si escalamos algo luego descendemos pero no desescalaremos. Imagino que la RAE incluirá el verbo desescalar cuando lo tenga por conveniente.
Pese a que la sabiduría antigua lo dice una y otra vez, parece que no nos queda claro que nuestras palabras convencen, pero es el ejemplo lo que arrastra o distancia de nosotros a las personas.
A la vejez viruelas, como popularmente se dice. Que es la sensación que tengo desde hace tiempo. Y supongo que lo mismo le ocurre a gran parte de ese segmento social al que han venido en denominar pensionistas (que será porque reciben una pensión: cantidad periódica, temporal o vitalicia, que la seguridad social paga por razón de jubilación, viudedad, orfandad o incapacidad, según la RAE).
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