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Nada permanece, todo pasa de un extremo a otro. Esto no indica que debamos huir del mundo; al contrario, tenemos que comprometernos más con él. Lo prioritario radica en llevar esperanza en vez de abatimiento, sobre todo a cuantos son vulnerables en los cambiantes destinos de una tierra injusta.
La vida es un manantial incesante de novedades, no cabe imaginar su detención. Desde la espontaneidad de un solo sujeto a la amplitud del entorno, el flujo de las nuevas impresiones es muy caudaloso; la vorágine de ese movimiento se convierte en elemento esencial. Junto al peso de la enorme carga del misterio subyacente, perfilan las características de la existencia.
Juntos tenemos que comprometernos más y mejor, superando los egoísmos y enmendando actitudes. No debemos pretender sustituir el cielo azul o el aire limpio, por otra atmósfera creada por nosotros. Hay que bajar del pedestal, despojarse de mundo, volver a recrearnos entre nosotros y con aquello que nos rodea.
Necesitamos mover los corazones en todo el planeta, lo que requiere sensibilidad para entenderlo y derribar muros. Abrazarse unos a otros es vital, como donarse con la consabida sintonía mental y que hablen nuestros labios a golpe de pulso. Los latidos contribuirán a fecundar los sueños y a crecer con los lenguajes de proximidad.
Hoy día estamos tan acostumbrados a agasajar a tantos y tantas deportistas de élite, que alguno o alguna siempre queda en el tintero. Hecho el comentario, quisiera decir que para mí fue un honor y un placer allá por el año 1994, cuando un servidor era árbitro adscrito a la Federación Catalana de Baloncesto, arbitrar en más de un encuentro a la que fue capitana de la Selección Española de Baloncesto y jugadora que más veces ha vestido la camiseta nacional.
Una de las primeras medidas que tomaron estos últimos gobiernos de izquierdas fue la derogación de la ley educativa Lomce, la eliminación de la religión como asignatura, y el ir excluyendo poco a poco hasta su desaparición final a la enseñanza concertada. Colegios históricos y de renombre son colegios concertados y religiosos... y por eso lanzo dos cuestiones.
Desde luego, somos pura contradicción. Tenemos que hacer algo, cruzarnos de brazos no es la solución. Desde luego hay que construir puentes que favorezcan el desarrollo de una mirada solidaria, contando con todos los sectores de poder, pues es algo que nos afecta a todos los pueblos y a nuestras democracias.
Si todos somos conscientes de que el futuro de la humanidad se construye con la paz y no con la guerra, comprometámonos a que se callen las armas y se concierten los diálogos, en lugar de acrecentar las tensiones y los conflictos. En efecto, los últimos datos de Naciones Unidas, nos dicen que más de 300 millones de personas necesitarán asistencia y protección humanitaria en 2024.
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar acerca de un superpoder humano que ha sido despreciado a lo largo de toda la historia, pero hoy, con más énfasis, puesto que vivimos en un mundo cada vez más competitivo y egoísta que considera a la bondad como una señal de debilidad extrema. No es casual que esta visión contraste radicalmente con las enseñanzas de la tradición filosófica y religiosa, que a menuda han celebrado la bondad como una de las virtudes esenciales.
De la mano de la posmodernidad vino la identidad absoluta del sí y con la caída del Muro de Berlín fuimos liberados a un mundo plagado de experiencias ilimitadas en el que cada cual sería capaz de ser lo que quisiera. Se derribaron de golpe y porrazo las grandes narrativas que buscaban un mundo mejor, más justo, solidario e igualitario.
Vivimos en la era líquida o en la sociedad superficial. Esto significa, entre otras muchas cosas que, una considerable parte de la gente no profundiza y razona sobre la realidad de las cosas y vive de apariencias que son falsas. Está bien vivir en el presente, pero la existencia no es únicamente eso. La multitud de cuestiones y aspectos que conforman la realidad humana no son algo a despachar en cuestión de segundos sin el conocimiento e información verificada.
Hace unos días critiqué en un artículo que dirigentes del PSOE hicieran política sin principios, dando por bueno un acuerdo con privilegios de financiación para Cataluña que pocos días antes habían considerado inaceptable. Hoy quiero criticar la posición de Josep Vendrell que presumo es la mayoritaria de Sumar, pues la expone en El País como responsable de Modelo Territorial y Plurinacionalidad de Movimiento Sumar.
Es cierto que nos hemos globalizado e interconectado; pero la indigencia, la injusticia y las desigualdades permanecen, porque aún estamos en estado de enfrentamiento continuo, no en relación entrañable, con la mano extendida siempre y el abrazo sincero. Hemos de tomar conciencia, por consiguiente, de esta gran tarea que, entre todos, tenemos que llevar a cabo como humanidad responsable.
Edith Stein, de nombre religioso Teresa Benedicta de la Cruz (Breslavia, 12 de octubre de 1891-Auschwitz, 9 de agosto de 1942), fue una filósofa, mística, religiosa carmelita descalza, mártir y santa alemana de origen judío. Feminista y estudiosa de la mujer. Pasó por una etapa de ateísmo, fue la primera doctora en filosofía en Alemania.
Primero organizan la frustración colectiva; después instilan veneno contra algo o alguien. Y el mundo, que no está dispuesto a luchar contra quienes provocan su frustración, sí está dispuesto a odiar lo que desconoce. La soberanía fiscal de Cataluña no apaciguará su independentismo, al contrario, lo reforzará. Los padres de la Constitución sólo querían salir del paso. Ilusorio haber creído que los conciertos económicos vasco y navarro nunca tendrían efectos contagiosos.
Hay que evitar el precipicio destructivo, huyendo de los anzuelos interesados, para volver a ser más alma que cuerpo, que es lo que nos injerta el rescate, abriéndonos a la puerta existencial que nunca fenece. Despojémonos pues de usuras materialistas, trabajemos con la fuente de la esperanza, que es la que nos sacia de visiones saludables, superando el miedo y el aislamiento.
Cuando acumulamos expectativas es frecuente que nos asedien las frustraciones, con ese sino tan reiterativo de inclinar progresivamente la balanza hacia las insatisfacciones. Aunque todos disponemos de momentos mágicos determinados para abstraernos de los sucesivos lamentos; para centrarnos en alguno de los espectáculos que se nos presentan por delante.
Hoy más que nunca necesitamos reavivarnos. No es fácil en el actual contexto mundial, marcado por un aluvión de conflictos y sufrimientos, pero tampoco un imposible. Querer es poder. Es cuestión de pararse, de tomar aliento, de activar una visión nueva, lo que conlleva cultivar la confianza en nosotros mismos, para reconstruir y recomenzar con tesón y paciencia, el mejor de los sueños; que no es otro, que la realización como ciudadanos de una casa común.
Vivimos de los sanos alientos, de la gratuidad de darse y del donarse, de la conjugación de los sueños en un camino que es hermoso, a pesar de las cruces que nos ponemos e imponemos unos a otros; lo que requiere activar el sentido común, que no es otro que el de las obligaciones morales, liberadoras de este espíritu mundano de rigidez e intereses mezquinos, que nos usurpan la libertad.
Vives en libertad si eres capaz de tomar decisiones a pesar de los condicionamientos externos. Si te condiciona el dinero, la salud, la edad o el éxito personal, se resentirá tu capacidad de actuar libremente contra las dificultades.
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