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El 30 de octubre de 1934 el presidente Salamanca decidió dirigirse al General Lanza para ordenar la reconquista de Ingavi, posición cuya caída en manos paraguayas le mortificaba desde principios de aquel mes de octubre. Fuerzas Paraguayas, al mando del Teniente Wenceslao López, capturaron Ingavi el 5 de Octubre, neutralizando a todo un cuerpo de Ejército boliviano con Sede en Roboré, y a juicio del presidente boliviano, haciendose prácticamente dueñas del Chaco.
Recuerdo allá por el año 2015 cuando Jorge Bergoglio (papa Francisco I) declaró bajo una seguidilla de atentados terroristas que “estamos ante una Tercera Guerra Mundial que se pelea por todas partes”. Aunque, según mi opinión, el papa no siempre ha acertado en sus juicios, creo que, en esa ocasión, tenía parte de razón. Desde entonces el violento panorama ha ido creciendo exponencialmente.
En febrero de este año, el joven Sha’ban al-Dalou, un estudiante de la Universidad Al-Azhar de Gaza, lanzó un pedido de ayuda al mundo a través de internet, que comenzaba así: “Hola. Los saludo desde la tienda de campaña en la que estamos viviendo. Soy Sha’ban Ahmad y tengo 19 años. Estudio ingeniería informática. En esta cruel guerra del hambre, [mi familia y yo] hemos tenido que desplazarnos cinco veces hasta el momento...".
El 25 de octubre de 1934, el embajador de Estados Unidos en Brasil Simon Gibson escribe desde Río de Janeiro al Departamento de Estado, para informar que Saavedra Lamas ordenó suspender la reunión del embajador argentino con sus pares de Bolivia y Paraguay.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha condenado nuevamente la “continua y generalizada” pérdida de vidas en la palestina Franja de Gaza, incluidos los ataques israelíes contra un bloque residencial en Beit Lahiya que dos días antes mataron a decenas de personas.
Para la población civil en la Franja de Gaza “la realidad es brutal” y empeora cada día, bloqueados a cada paso los suministros y asistencia humanitaria esenciales, según expone un alto funcionario de la ONU al Consejo de Seguridad de la organización.
En junio de 1936, fue otorgado el Premio Nobel de la Paz al argentino Carlos Saavedra Lamas, a quien Desiderio Roca había acusado de seguir una ruta sinuosa durante su mediación para alcanzar la Paz entre Paraguay y Bolivia, que se habían enfrentado entre 1932 y 1935 en la Guerra del Chaco.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) de las Naciones Unidas resumió el dolor que asola Oriente Medio desde el 7 de octubre de 2023, afirmando que “ha sido un año de sufrimiento inimaginable”. En esa fecha milicianos del movimiento islamista Hamás atacaron el sur israelí, con un saldo de 1200 muertos, 5500 heridos y 250 personas secuestradas.
En una de sus obras más destacadas sobre el conflicto entre Israel y Palestina, titulada “El triángulo fatal”, el renombrado intelectual Noam Chomsky escribió: “Desde hace algún tiempo, me he visto obligado a concertar mis conferencias con mucha antelación. A veces se me pide que proporcione un título para una charla planificada con varios años de anticipación. He descubierto que hay un título que siempre funciona: 'La crisis actual en Medio Oriente'.
Recordemos por un instante que, desde la creación del Estado de Israel en el año 1948, se han sucedido guerras, intervenciones extranjeras y ciclos interminables de violencia que han dejado profundas heridas en las sociedades de la región y en sus seguidores, dispersados en todo el mundo.
El pueblo libanés está harto de la situación en su país, y desea con vehemencia que las milicias pro palestinas se marchen o se disuelvan. A medida que se intensifica el conflicto con Israel, los pro palestinos se sienten cada vez más arrinconados, se sienten en un aprieto.
Más de 40.000 palestinos asesinados por Israel en Gaza y Cisjordania, a los que habría que añadir los de Líbano. The Lancet eleva la cifra, por causas directas e indirectas de la furia sionista, a casi 190.000 muertos. ¿Dónde están los cadáveres? Desde las guerras de Irak, donde murieron entre 600.000 y un millón de personas a causa de la agresión bélica de EEUU y la ayuda inestimable de la OTAN y la Unión Europea, los conflictos bélicos se cuentan como un relato de tebeo.
El 23 de septiembre de 1932, la Liga de las Naciones creó el Comité de los tres para la supervisión del conflicto entre Bolivia y Paraguay, cuando ya se desarrollaban sangrientos combates en Boquerón. El Comité fue constituido oficialmente en la Reunión del Consejo de la Liga y lo integraron representantes de Guatemala, España e Irlanda y se le solicitó informar periódicamente al Consejo sobre el estado de la situación.
La humanidad ha ingresado en una suerte de dramática cuenta regresiva. Ratificando aquella valoración geopolítica categórica de Henry Kissinger, el epicentro de lo que puede ser el más devastador conflicto armado entre los hombres puede precipitarse en Eurasia por su importancia infinita. Quien domine a Eurasia dominará al mundo, solía decirse.
El 17 de septiembre de 1934, a la hora 19, el secretario de estado norteamericano Cordell Hull escribe a su representante en Paraguay Meredith Nicholson. Le comunica que la información contenida en su cable del 14 de septiembre ha sido de gran utilidad para el Departamento.
En las primeras horas del 10 de septiembre de 1935, pudo ver el final de la guerra el senador Huey Pierce Long, uno de los pocos que en plena guerra del Chaco admitió ver al rey desfilar desnudo. Dos días antes, el 8 de septiembre de 1935, en el capitolio estatal de Luisiana, un desconocido se acercó al senador al amparo de la oscuridad y sonó el ruido de un disparo.
Cuando ahora hace dos años y medio, las tropas rusas iniciaron la invasión de Ucrania, los planes de Vladimir Putin apuntaban a una inevitable rendición del ejército de Kiev y a un rápido control del país por parte de sus tropas. No sólo es evidente que las previsiones fracasaron y que Rusia quedó embarrancada en un atolladero de difícil solución, sino que, al margen de cómo evolucione en el futuro, la guerra tiene un claro perdedor: Putin.
En el Libro del Apocalipsis en el Nuevo Testamento se habla de cuatro jinetes con autoridad «para matar a la cuarta parte de los habitantes de este mundo con guerras, hambres, enfermedades y ataques de animales salvajes». Durante siglos y en muy diversas culturas fueron la expresión de las grandes amenazas que se cernían sobre los seres humanos.
El 3 de septiembre de 1932 aparece por segunda vez el nombre de la Standard Oil en un medio impreso. El diario Crítica de Buenos Aires, plantea ese día la interrogante sobre la financiación de la aventura bélica a la que al parecer parece dispuesta Bolivia a lanzarse. Considerando que Bolivia no contaba con recursos suficientes para financiar el esfuerzo bélico, resultaba lícito preguntarse quién financiaba la guerra.
Las guerras y la propaganda son las dos grandes armas de destrucción masiva del imperialismo capitalista. Dicho de otra manera: vivimos en sociedades jerarquizadas de ordeno y mando donde el consenso social, político, ideológico y cultural, la denominada normalidad, se consigue preferentemente a través de la publicidad y el control mental de las masas mediante sugerencias sibilinas o abiertas repetidas machaconamente hasta la saciedad.
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